p E R F noneamericano que e llama Daimon Runyon, con un cuento suyo muy gracioso, El cesudo \!Uefre n casa. Le pcdf que me hiciera una columna para cada número en la que recogiera las impresiones de sus lccLUras. Se resistió. Sin embargo, terminé convenciéndolo y decidió hacer una o dos cuartillas. A su sección le puso Rerales. Uoa palabra que yo ignoraba y que se refiere a los desperdicios de telas que van dejando Ja señoras al co cr, con los cuales hacen o hacfan sus colchas. Colchas de fragmentos multicolores. •En mayo de 1964, veimicinco años después de que salieron Jos primeros cinco números de El Cuento, tenía yo el propósito de publicar autores de todos los tiempos e ir conformando una antologfa universal. Ya la cucntf tica mexicana se habfa enriquecido, habla excelentes cscrilores de cuento . "La revista comenzó a penetrar en Centroamérica y Sudamérica. Nos llegaban muchf imas canas de esos pafscs y, por supuesto, también muchos cuentos. Se convirtió en el escaparate de la narrativa latinoamericana. La correspondencia fue creciendo y nos traía una actitud ad-L E o T mirable: en casi todas ta cartas nos dedan que les gustaba la publicación y los escritores manifestaban con modestia que comenzaban a escribir, que sus envfos eran sus primeros pasos, que si los publicábamos sería maravilloso, pero que, si no, les aconsejáramos si iban por buen camino, que les señaláramos sus errores y les propusiéramos maneras de superarlos. Nos sentíamos con la obligación de responder y dábamos nuestros puntos de vista sobre los textos, tanto si los aceptábamos como sí no. Nos convertimos en un taller abierto de cuento." La vida es muz minijicción La vo1. de Edmundo Valadés desgrana reposadamente la memoria. Articula sus gestos y ademanes con mesura, con un modo suave de conversar, porque esto es cualquier cosa, menos una entrevista. Hay pocas oportunidades de interrumpir para meter alguna pregunta, salvo cuando ladran sus pequeños perros, que se agitan cuando alguien toca a la puerta de la calle o escuchan ruidos en el patio y que, por lo demás, pcrmane-o R A L cen atentos a las palabras de u dueño, como si nunca hubieran ofdo esta historia. Hacemos una pausa para mirar su colección de fotograffas de desnudos. Gorditas sensuales, con sus caras de yo no fui, con sus formas perturbadoras que no pasan de moda. Las adquirió en un viaje a Parfs. Después vinieron los organi1..adores de una feria internacional en Guadalajara, donde le rindieron un homenaje por sus años, su vida dedicada a los cuentos, su vida de cuento. Y, ¿qué sucedió con la a111<>/ogfa que estaba preparando? Se incorpora y saca un Libro, lo examina. Yue/ve a su ú1gar. "Al cabo de los años, en 1970, ya habfa publicado un arsenal de textos brevfsimos y sen tf la necesidad de seleccionarlo y organizarlo para obtener El ltbro de la 1maginació11. Lo que hice fue separarlo por materias: el sueño, tas mujeres, la muerte, el infierno, el ciclo, la magia, etretcra. La primera edición, con más de doscientos textos breves, estuvo a cargo de la Universidad de Guanajuato. El volumen corrió con fon una y se agotó. Después de varios años lo enriquecí y el Fondo de Cultura Económica lo volvió a editar. Fue una excepción, pues el Fondo no publica libro que ya han sido puestos en circulación. En realidad era diferente, pues inclufa más textos. Sin embargo, el Htulo es el mismo. Es un libro que me agradecen mucho los lectores, porque dicen que los mando a otro espacio, al de la imaginación, y ha seivido para fomentar la minificeión: Pero, ¿de dónde surgi6 esta idea o esta tendencia por la mini.ficción o el cuento corto, pues es obvio que en la revista ocupa un lugar preponderante? "Antes de hacer El Cuento, yo era lector de Selecciones; desde luego, no 17
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